domingo, 26 de septiembre de 2010

Lecciones

¿Qué pasa con nosotros que cuando amamos creemos que el otro tiene que ser como yo me lo imagino, tiene que sentir por mí lo que yo siento por él, tiene que pensar en mí tanto como yo quiero, no tiene que correr riesgos que amenacen la relación y tiene que pedirme a mí lo que él quiere para que sea yo quien se lo alcance?.

El amor concede, empuja, fomenta que aquellos a quienes yo amo transiten también espacios cada vez menos dependientes.

Cuando decimos:


“No tuve otro remedio...”

“Yo no soy responsable de esto...”

“No tenía otra posibilidad...”

Mentimos. Mentimos alevosamente. Porque siempre elegimos.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Nada que decir

Dicen que uno nunca termina de conocer a las personas, yo creo que más importante que eso es que uno no termine de conocerse a sí mismo o que no dejes que te conozcan.

Toda alegría y felicidad, alguien optimista y vale madres, así me ven algunas amigas con las que viví y las pocas veces que llegaron a ver un poco de como soy en verdad se sorprendían y me decían "Tú no eres así" pero lo soy!! soy aprensiva, terriblemente preocupona, algo obsesionada con tener el control, asumo papeles que no me corresponden en un afán de sentirme útil; soy como diría mi mamá jarrito de tlaquepaque dicho de otra forma muy sensible a todo, es fácil herirme pero también es fácil ganarme cuando son buenas personas, soñadora por excelencia y cursi por naturaleza, chillona mal plan, amo los pequeños detalles, creo que lamentablemente el dinero es necesario y que lo más importante es hacer algo que te guste  pero sobre todo que te apasione, amo cocinar (una verdad que nadie sabe) sobre todo cuando cocino no sólo para mí. Me encanta el desmadre pero siempre trato de mantener la compostura (malo, malo) y extraño mucho salir de noche, extraño mucho sentirme libre. Me encantaría viajar por el país y hasta tengo un itinerario de a donde voy a ir, aprendí por experiencia reciente que los cambios deben ser de adentro hacía afuera y no al revés. Y aunque me he conocido más en estos meses aún falta más por aceptar y conocer así como también falta dejar que me conozcan como realmente soy y no como pueda parecer más fuerte.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

El cementerio

Saliendo de la central busco un taxi y le pido que me lleve al cementerio, el conductor maneja muy rápido porque tengo prisa no quiero que me vean ahí, en mis manos llevo una bolsa negra y dentro hay rosas amarillas, no la conocía y no sé porque estoy segura que eran sus favoritas.
El camino por el que pasa el taxi no parece ser real, casas y vegetación que no son propias del lugar después de una larga colina llegamos a una enorme puerta negra y el taxi gira a la derecha, le pido que se detenga y bajo rápidamente pero parece que escogí el peor momento para venir hay mucha gente por todas partes es como si fuera primero o dos de noviembre, hay flores por todas partes y familiares arreglando tumbas.
No estoy segura de que hago pero siento una gran pena y la necesidad de estar ahí, camino en medio de la multitud tratando de pasar desapercibida, esperando no encontrar a alguien que me reconozca y diga que estuve ahí, desafortunadamente después de dar unos pocos pasos tropiezo con alguien y lo veo, se ve más joven como cuando tenía diecisiete años, me volteo y trato de tapar mi cara con el sombrero para que no me vea y dos metros más adelante lo vuelvo a ver pero ahora esta con viejos amigos y usa lentes oscuros luce como la última vez que lo vi hace unos meses, tengo que seguir de largo y volver a voltearme para que no me vean no puedo dejar las flores porque la tumba a la que voy esta cerca de ellos. Me siento terriblemente triste porque no puedo quedarme en su tumba un rato y darle sus flores, el cementerio es como un espiral así que sigo caminando con la esperanza de que al llegar a un punto más alto pueda al menos ver de lejos su tumba, después de caminar un rato la encontré me senté en la orilla de una pequeña barda de piedra, la miré y tuve ganas de llorar, sentí una tristeza inexplicable, no la conocía pero la extrañaba la gente comenzaba a irse poco a poco y desde ahí yo lanzaba las rosas amarillas a su tumba.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Cero y van tres

En el transcurso de un mes tres oprtunidades de empleo de las que nomás ni una se hizo. Me llamaron de un hotel y al final no pude ir a la entrevista después mis amigas de la oficina me hablaron para decirme que había una plaza disponible para cubir una incapacidad y como vivo en la bancarrota no pude ir y por último una agencia de viajes que después de salir de la entrevista me deprimí. En fin, sólo me pregunto ¿cuántas decepciones más me faltan antes de encontrar mi lugar? o en su defecto aventarme del pipila.