sábado, 12 de junio de 2010

Estrellas

Siempre me han gustado las estrellas, cuando era niña pasaba mucho tiempo contemplándolas me dejaban fascinada. Paso el tiempo y dejé de pestarles tanta atención, se convirtió en una de esas tantas cosas que uno da por sentado.
Unos años después cuando fui a vivir con mis tíos a Villahermosa fuimos a comer mariscos a un lugar que está cerca del Río Grijalva, fue una tarde muy linda y la primera vez que probé las quesadillas de camarón pero aunque la pase muy bien por primera vez me di cuenta de lo lejos que estaba de mi casa, a trece horas en carretera para ser exactos y mientras caminaba hacia dónde estaba la camioneta miré al cielo y vi las mismas tres estrellas que siempre veía en el patio de mi casa y sentí que no estaba tan lejos. Dos meses después regresé a mi casa.
En Guanajuato casi nunca me sentía lejos de mi casa pero mis últimos semestres fueron difíciles, pesados porque tenía muchas materias atrasadas iba a la escuela en la mañana, en la tarde, tenía clase de inglés, servicio social y servicio social profesional, muchas veces terminaba algo cansada y cuando regresaba a mi casa a veces volteaba al cielo y veía las mismas tres estrellas y se me escapaban un suspiro y una sonrisa, todo lo demás se me olvidaba por un segundo.
Cuando me fui al DF fue un poco diferente, es una ciudad tan llena de luces que pocas son las estrellas que se alcanzan a ver si es que se ve alguna pero un par de veces llegue a ver las mismas estrellas en la entrada de la casa o afuera de mi cuarto y todo se me olvidaba otra vez.
Puede sonar tonto o cursi pero me hacen sentir paz y que en realidad no estoy tan sola o tan lejos de mi casa o las personas que me importan porque nos cobija el mismo cielo y porque puede ser que en ese mismo segundo alguien más pudo haber visto sin querer al cielo y hayas visto la misma estrella que yo, así que a pesar de la distancia por un segundo estuvimos juntos, por un segundo no estuve tan sola.

No hay comentarios:

Publicar un comentario